El Cristo de la Dulce Mirada volverá a procesionar por las calles del pueblo, en la oscuridad de la noche, sin más luces que las de su humilde trono. Javalí Nuevo, quedará a oscuras por el luto de la conmemoración de la Muerte de Cristo. Javalí se recogerá en un ambiente de penitencia y oración, los tambores marcarán el paso del Crucificado y solo podrán escucharse los graves cantos de las salves y coplas que entonarán los Auroros sobre la Pasión y Muerte del Señor. Es una procesión íntima y austera y tiene como aliciente, que es la única que tiene un recorrido diferente al de las demás procesiones, pasando por calles como la calle Mula y la calle Rosario (de las escuelas).
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